be Powerful- Natura Futura Arquitectura

Fuego, aire, tierra y agua son los elementos elementos de la naturaleza y también forman parte de los que Natura Futura considera para la creación de sus hábitats. La luz, la ventilación, el espacio disponible y el clima son factores decisivos para el arquitecto José Fernando Gómez. 

Gómez creció en Babahoyo, Los Ríos, en el barrio El Mamey, cerca del malecón y el río Babahoyo. A su alrededor siempre tuvo a la vista diferentes tipos de construcciones: casas de madera, mixtas o de cemento. Su entorno y su capacidad de observación le permitieron una lectura e interpretación propia de las estructuras, el uso de los materiales y los factores externos para crear una “arquitectura flexible”. 

Desde 2014, con su proyecto Natura Futura, José Fernando hace especial hincapié en la reinterpretación de lo tradicional y la multifuncionalidad. Considera que la arquitectura es como un ser humano. De acuerdo a cómo operamos, se debe diseñar. Con filtros de aire, de luz y seguridad, que se puedan activar según las necesidades. Para esto, incluso, se ingenia creando sistemas mecánicos personalizados, como bisagras y rulimanes. 

Aboga por el uso de materiales tradicionales como maderas, ladrillos y metal, tomando características de las viviendas costeñas, previas a la industrialización y “la batalla perdida contra el cemento”, dice. Esto, además de darle una personalidad única a cada vivienda por sus bondades estéticas, permite abaratar costos. 

Natura Futura es una respuesta a lo que no existe, una contrapropuesta. Su estilo de diseño es experimental e innovador, pero accesible. José Fernando considera que la arquitectura no debería quedarse en la élite, sino que debería ayudar a cumplir con el derecho a la vivienda digna. 

Con una maestría en gestión de proyectos, tiene una visión social del quehacer de su profesión. “Antes de ser arquitecto, uno es ciudadano y ser humano”, afirma José Fernando. Es así que Natura Futura hace propuestas ciudadanas como un refugio temporal para animales en abandono e incluso microencuentros culturales y artísticos. Pero uno de sus pilares de acción son los proyectos participativos, trabajando con fundaciones y academia. De esto nació el Refugio del Pescador, una vivienda transitoria para quienes trabajan en el río; y Chacras, una casa construida totalmente con pallets, tras la destrucción que causó el terremoto de 2016. 

“Si las políticas públicas no responden a las necesidades ciudadanas, nosotros con nuestras intervenciones mostramos que hay posibilidades de gestionar un espacio con pocos recursos”, indica José Fernando. 

Uno de los retos de Natura Futura ha sido cambiar el paradigma estético que el ciudadano tiene sobre cómo debe verse una construcción. Para ello, la tarea de comunicación es fundamental. Para eso usa como ejemplo sus propios proyectos, que se adaptan a las necesidades del cliente, cumpliendo con una arquitectura de calidad. Además, los 35 proyectos a su haber sirven como un referente de estilo y funcionalidad. 

José Fernando habla emocionado de La Proveedora, un edificio de 6 pisos que funciona como almacén, domicilio, centro de eventos y otros. Su fachada, hecha de ladrillos dispuestos como una tabla de ajedrez que permiten la entrada de luz y aire entre los vacíos, es un sello de Natura Futura. Su archivo incluye diseños como la Casa para alguien como yo, una contrapropuesta a los proyectos de vivienda social; la Casa del Silencio, un espacio de armonía que pone en el centro a la paz de lo natural; la Casa entre bloques, un domicilio multifuncional de bajo presupuesto que permite funcionar un negocio propio. 

Todo este crecimiento ha sido posible para Gómez creándose una cultura financiera. Confiesa que en la universidad no aprendió a administrar una empresa, pero que la experiencia le ha enseñado la importancia de invertir en sus propios proyectos. Aconseja que los ahorros sean puestos en aquello que nos gusta sobre nuestra profesión y también en lo que nos sirve para crecer a futuro. En su caso fueron equipos técnicos como computadora, impresora y cámara. 

Si bien la arquitectura es una profesión cuyos productos son parte de nuestro día a día, puede pasar desapercibida su vital importancia y cómo aprovechar su poder para romper paradigmas; ya que todos los seres vivos buscamos un espacio al cual llamar hogar.