Bailamos en fin de año “El baile del Pimpollo”
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Bailamos en fin de año “El baile del Pimpollo”
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Cosas que hacíamos hace 20 años,
o sea, en el 2000
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El 2000 era ese año que en la época de mi mamá vaticinaron que se acabaría el mundo. Fue ese año en el que me estaba adaptando a la vida en Quito, más apretada y hermética que mis días entre Guayaquil y Salinas. El 2000 fue punto de quiebre para quienes habíamos vivido a pleno los 90 y queríamos ver modernidad.
En el 2000 nadaba full, tocaba el piano, vivía por el aeropuerto en Quito y empezaba a saborear la adolescencia, claro, sin dejar de jugar a las barbies con mis primas cada vez que podía. Creo que ese año, vi full la televisión. No sé si fui solo yo, pero creo que compartíamos esa realidad con muchos de mis compañeros y vecinos, y de alguna forma, me alcanzaba tiempo para hacer también muchas actividades fuera de casa.
A inicios del 2000 éramos apenas
12.5M
habitantes, versus los17.5M
que tal vez seremos ahora (lo sabremos bien bien luego del censo). Por estos días, en la piscina, le conté a un compañero de natación que sí, que nadaba, pero hace… hace… “hace 20 años”. Hijue. Boom. Veinte años, ¿en serio? Entonces empecé a hacer un recuento, mientras volvía a la casa de lo que pasó en el 2000, lo que vivíamos los que vivíamos en Ecuador, en pleno cambio de siglo. Aquí van algunos eventos:Esto vino desde el 99, pero siguió la fiebre hasta iniciado el 2000. Me acuerdo que era todo un business la tranza de tazos repetidos y con mis hermanos teníamos un vinil con compartimentos en los que poníamos toda nuestra colección. Ahí estaban los clásicos y también las nuevas evoluciones del momento. Aunque eso significó consumir harta fritura barata que mi mamá no nos dejaba comer, los tazos fueron la excepción y nos comprábamos en el colegio cachitos y demás chips para engordar el altar Pokémon. Cada batalla que jugábamos, yo la acompañaba, por supuesto, del rap Pokémon, que salía en forma de comercial en Cartoon Network (🎶Articuno, Jynx, Nidorina, Beedrill, Haunter, Squirtle, Chansey Pokémon!🎶), toda una sensación esos tazos. Ahora no sé ni dónde están, ojalá mi ñaño tenga algunos por ahí guardados, eran bien chéveres.
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Yo la verdad, no jugué ni aprendí. Pero sí que era la época del diábolo. Esta es otra moda que se difundió en el 99 pero en Navidad fue momento para que en muchas familias aparecieran diábolos nuevos y/o mejorados. Como esos que ya no eran del plástico duro y opaco, sino los de una especie de goma transparente y colorida. Los vendían en todas las esquinas y los más pro, en tiendas especiales. Pero como sea te dabas las formas para impresionar con los trucos: la x, la corbata, el látigo, un clásico, la vuelta al mundo, el violín; para los más capos, el suicida infinito y el helicóptero cuando ya valiste jaja.
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Cambiamos el siglo y había esta sensación de ir rumbo a una era más moderna. El internet por módem, las compus más rápidas, las agendas electrónicas, las cámaras para poner diskette y otras novelerías tecnológicas que tal vez no teníamos, pero sí un tío o la mamá de tu compañera de colegio. Y, bueno, en medio de rumores del fin del mundo (ya habíamos pasado los sustos del Hercóbulus a finales del 99), también se venían las amenazas dentro de ese mundo virtual en el que podíamos navegar por nuestras máquinas súper chéveres.
Quién no recuerda al célebre Y2K, ese bug que nos amenazó con destruir el sistema de la compu de la casa que a la final era un error de software causado por la omisión de cambios en el año, que desde siempre funcionaba como 19XX y variaban solo sus últimos dos dígitos. Dejó sus desastres, pero también dejó nombres de bandas de rock, títulos de libros, bares, fiestas y hasta mi equipo en la mañana deportiva del colegio llevó por nombre“Y2K”, orgullosísimos. Modernísimos.
O el más divertido, que resulta ser el virus más famoso de todos los tiempos: el I LOVE YOU. ¡Qué divertido! Entre mí decía: “Ay, ojalá a mi compu le dé el I LOVE YOU”, jaja, sin saber ni en qué consistía. Resulta que lo habían creado en algún lugar recóndito de Filipinas y en semanas se esparció por todo el mundo. Recibías un correo en la bandeja del mail que llevaba como asunto: “I LOVE YOU” junto a un fichero de nombre LOVE-LETTER-FOR-YOU.TXT.vbs. Si lo abrías, se ejecutaba ese ratito en tu ordenador. Terrible. Muchas pérdidas en todo el mundo y el deseo profundo en los niños y niñas que deseábamos que nos llegara el amor vía correo electrónico.
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En el 97 medio que se estrenó, pero en el 2000 ya fueron abriendo por etapas el gran Malecón 2000. Antes de existir, el malecón de Guayaquil había perdido su gracia, medio que lo evitábamos porque por ahí y te llenabas de mosquitos o tenías miedo de que aparezca algún amigo de lo ajeno. No era un sitio muy entretenido. Pero a finales de los 90 lo empezaron a promocionar como ese lugar que ibas a poder visitar en Guayaquil, un punto de encuentro y de paso, sitio turístico. Como ya les conté, ya estaba viviendo en Quito al momento de la inauguración, pero apenas pudimos, me acuerdo que mi mamá nos llevó a caminar por ahí con pantalones nuevos y nos hicimos fotos y tomamos helados. Era, definitivamente, un nuevo referente de visita en la ciudad, que cambiaría el imaginario de lo que la gente de todo el Ecuador tenía alrededor de la Perla.
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Aquí vamos con los hitos que me tenían pegada a la TV. En esa época el cable no era cosa de todo el mundo, pero todos sabíamos que MTV era ese canal que te hacía sentir más teenager, que te mostraba la música, lo que pasaba en el mundo mainstream pero no solo del pop. Y bueno, los 10+ Pedidos era ese programa que por ahí a las 7pm te mostraba los hits gringos mezclados con algunos resonantes latinos. Recuerdo que no me lo perdía y ahí cruzábamos los dedos para que quede #1. Era una guerra campal entre el pop de Britney Spears, Westlife, Christina Aguilera, Nsync y otros, vs otros más R&Blueseros como Santana con sus feats del disco Supernatural, inmortales como los Red Hot Chilli Peppers, Metallica o los Beastie Boys reventándola como siempre, Limp Biskit, Eminem, básicos pop dosmileros, otros más neopunkeros onda Blink 182, the Offspring, y por ahí entraban algunos one hit wonders como los Bloodhound Gang con “The bad touch”. Bueno, la lista era larga y los 10+ Pedidos se jugaban cada noche, de lunes a viernes. Tremendo.
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Internet woooo. Ese espacio misterioso que al principio sólo tenía en la compu de la escuela y luego pude tener en casa. Sí, de hecho en el 2000 tuvimos internet en mi casa. Mi papá sólo nos dejaba conectarnos hasta 20 minutos y por las tardes, luego de terminar los deberes. Y así apareció la novedad de que tenías que tener un e-mail, y todos empezaron a crearse e-mails ridículos de los que luego se arrepentirían. Tenía un compañero que su mail era algo así como oscaritoelduro@hotmail.com 😳Y sí, Hotmail por alguna razón se convirtió en el correo líder en Ecuador y Latinoamérica y todos querían tener una cuenta ahí porque aparte, podías usar el
Messenger
, y mandar emoticones y zumbidos, y conversar con tus amigos en los 20 minutos vespertinos de internet por módem, en los que nadie en la casa podía usar el teléfono.Me acuerdo que en una compu del colegio, una amiga nos presentó “el chat” y lo que podías hacer ahí. Sí, coquetear y ese tipo de cosas. Conversar con extraños bajo un seudónimo, un nickname y una identidad que podías inventarte en ese momento. Lo que hicimos como un juego, otra gente se lo tomó muy en serio. Amigas de mi mamá hasta conocieron a sus futuros maridos y futuros ex maridos por ahí.
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Entre finales de los 90 y comienzos de los 2000, andarse en el pelo estaba IN. Moñitos, trencitas y full accesorio para decorar. Los piojitos son clásicos. Nos llenábamos de esos y también de esas maripositas de colores. Para un cumpleaños, fijo llenarse la cabeza con tu set comprado en bazar o isla de centro comercial. Y para el día a día, ¡las diademas de pinchos! O los moñitos agarrados con ligas de colores. 🙌 Me acuerdo que también cuando te ibas a la playa aprovechabas para que te hagan todo eso en versión estilista profesional y de paso hippear un poco y ponerte una trenza de hilos de colores con piedrita al final. Me acuerdo que el viaje a la playa hasta para los hombres era un tema de peluquería: les hacían unos moñitos raros que nunca entendí bien por qué existieron. Pero bueno, los tempranos 2000 eran así.
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Re novelera mi generación. Y era medio aceptado hablar como Dulce María, no sé por qué. O como Chiripa, su perra. La cosa es que por ahí la gente decía “Sipirilí” en lugar de sí, y cosas así. La novela fue toda una sensación en mi colegio, me acuerdo y hasta la gata de una amiga se llamaba “Tía Pelucas” como uno de los personajes de la novela. Con Lazos de Familia, la típica “buena brasileña”, era un drama moderno y más vanguardista que la historia de una niña en colegio de monjas. Lo increíble era la banda sonora que hasta ahora tiene algunas de mis canciones favoritas de la vida y fue mi intro al bossa nova. De Terra Nostra, una novela de época, puedo contar solo que igual, en el colegio por ahí algunas usábamos palabras en “italiano” que sacábamos de ahí. Ejemplo de uso: “Esa camiseta es linda, no nevero?” jajaja.
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Una comedia que cambió las reglas del rating y la publicidad, que hablaba de sexo en tono de comedia, que marcaba tímidamente el posicionamiento de una mujer por su inteligencia por encima del éxito masculino. Pero de una mujer “fea”. Del estereotipo gringo: brackets, cerquillo, lentes, torpe. Y nos encantaba. El tema del intro sonaba en todas partes. Los espacios publicitarios duraban poco más de 15 minutos, con comerciales de Paco Aragón, sardinas, margarinas.
Una novela que nos hablaba de la industria de la moda en Colombia, que apenas podíamos comprender en Ecuador. Pero que nos encantaba. Fernando Gaitán, q.e.p.d., el creador de la telenovela, también hizo otros éxitos de la pequeña pantalla como “Café con Aroma de Mujer” o “Francisco el Matemático” y le atinó al pensar en esas otras historias que si bien ahora serían puestas en reflexión, en su momento fueron piezas clave para repensar los roles tradicionales, así como esta idea de tomarse con más humor y teatralidad las historias de amor y éxito.
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Sí, es historia. 43 años y un equipo de Riobamba -no de Quito ni de Guayaquil- cargaba la copa. Inolvidable triunfo para un país futbolero, pero acostumbradazo a que los estandartes de las ciudades más grandes se lleven las glorias. Ya habían vencido a la LDU en la Casa Blanca y ahora el 17 de diciembre del 2000, empatan al Aucas y rompen su racha con el protagonismo del uruguayo Fleitas, y los atacantes Pacheco y Camello Gómez. Todo sucedió en Chillogallo, en cancha ajena. El ciclón andino, como le llaman, marcó su victoria en Quito.
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Sharon ‘la Hechicera’ tiene un espacio importante en el corazón del país y en la historia de la música popular ecuatoriana. Una diva guayaquileña que nació como Edith Bermeo y se convirtió en una mujer empoderada, de cabellera rubia que recorrió Latinoamérica con sus éxitos de tecnocumbia. Este enero serán cinco años de su muerte, pero en el 2000 lanzó un disco con el que giró por Colombia y del que salió un éxito bailable tremendo, tal vez la canción más famosa de La Hechicera: “El baile del pimpollo”. ¡Todos a bailar…!
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Fecha de publicación 01-28-2020
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